martes, 16 de marzo de 2010

¡Va por tí maestro!

Porque a todos los que nos gusta la lengua nos importa, por los que deseamos aprender de él, por los que nos entusiasmó su lectura y porque nos ha dejado un legado maravilloso e imborrable del que aprenderemos siempre...Va por tí maestro! La sombra del ciprés es alargada es una de sus tantas maravillosas obras que predurará por y para siempre y me gustaría que compartierais conmigo una pequeña lectura de uno de los grandes: MIGUEL DELIBES.

Durante un paseo por las afueras de Ávila, Pedro recibe una extraña enseñanza de Don Mateo, su maestro: '—Tal vez el secreto (de la felicidad) —añadió Don Mateo— esté en quedarse en poco: lograrlo todo no da la felicidad, porque al tener acompaña siempre el temor de perderlo, que proporciona un desasosiego semejante al de no poseer nada. Debemos vigilar nuestras conquistas terrenas tanto como a nosotros mismos. Son, casi siempre, la causa de la infelicidad de los hombres'. La temprana experiencia de la muerte de un ser querido, hace que se grabe profundamente en el corazón de Pedro esa idea expresada por su maestro: 'al tener acompaña siempre el temor de perderlo', hasta el punto de organizar su vida según un principio terrible: evitar dar continuidad a sus relaciones personales y evitar profundizar en la amistad con cualquier persona que por alguna razón esté en constante conexión con él; que su corazón no albergue a nadie, para evitar el dolor que le producirá su pérdida. Se convierte así en un ser huraño, autónomo y oscuro, en el que el mundo rebota: 'ni yo pasaba de su costra ni él rebasaba la superficie de mi piel'. Pero la barrera que Pedro ha construido es derribada, no sin dificultad, por una ley que es más verdad que el mundo: 'no es bueno que el hombre esté solo'.


                                                                                                                                    Miguel Delibes

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